¿Cuántas veces crees que has escuchado la voz de Dios? Las circunstancias pueden ser adversas y, en medio de ellas, Dios quiere darte la mano y ofrecerte una salida: “Cuando cruces las aguas, yo estaré contigo; cuando cruces los ríos, no te cubrirán sus aguas; cuando camines por el fuego, no te quemarás ni te abrasarán las llamas”, Isaías 42:2.

¿Te has dado la oportunidad de sentir el amor de Dios, de experimentar de su poder y de su paz que sobrepasa todo entendimiento? Él es real y solo quiere bendecir tu vida y darte auténtica libertad y propósito. Nada malo proviene de él. Lo que hoy cosecha el hombre es producto de lo que ha sembrado y ha heredado de sus generaciones.

Dios ve el dolor y el sufrimiento del hombre, y está esperando que lo dejemos actuar en nuestras vidas. “Así que mi Dios les proveerá de todo lo que necesiten, conforme a las gloriosas riquezas que tiene en Cristo Jesús”, Filipenses 4:19. Es a través de Jesús que podemos experimentar el amor de Dios. “Así manifestó Dios su amor entre nosotros: en que envió a su Hijo unigénito al mundo para que vivamos por medio de él”, 1 Juan 4:9.